Hoy estoy siendo víctima de mi soledad y llevo largo rato husmeando por la “red”, donde encuentro infinidad de referencias a la remodelación del Gobierno; al “carajal” montado en la COPE con la posible marcha de Jiménez Losantos; las secuelas de la reunión del G-20; el indulto a Pepe el del Popular… en una palabra, estoy hasta el culo de todos estos temas.
Por cierto… aprovechando la referencia a esa parte intermedia del cuerpo, donde la espalda pierde su casto nombre; creo que es de justicia equiparar la misión encomendada a dicha zona, con otras que ocupan abundantes espacios en programas de televisión y radio con marcado carácter científico.
No os equivoquéis amigos, hay una serie de cosas importantísimas para la vida como pueden ser, una correcta alimentación, el deporte, el colesterol, etc. pero sin un culo que funcione con arreglo a unas especificaciones saludables; la vida en el ser humano (y el resto…) no sería posible.
Leo con estupor la censura en cierta publicación, por su referencia a la parte posterior de cierta primera dama. Deduzco de todo ello, que únicamente la gente corriente es portadora desde su nacimiento de tetas y culo… ya no pienso en elementos diferenciadores de sexo.
Los VIP carecen de todas esas vulgaridades físicas y por supuesto, en el diccionario, tienen reservado un lugar especial… Un/a VIP tiene “trasero” (ponpis, en plan pijo), tiene pechos, se enbriaga o “pone contento” (el resto nos emborrachamos o cogemos un “cagallón” o una “pea” de época); en definitiva, a esas personas nunca les hables de cómo tienen el culo.
Evidentemente el culo no solo tiene un aspecto diferenciador de la belleza física de las personas. Los culos estructuralmente hablando, tienen un diseño muy variado que no es cuestión de entrar a detallar; todos en algún momento hemos visto alguno.
El culo aparte de ser el extremo exterior del conducto “tuneado” por el que expulsamos elementos orgánicos no utilizables ya por el organismo, tiene otra misión no menos importante, cual es la evacuación de diversos gases nocivos, resultantes de reacciones químicas internas, que producen entre otros: dióxido de carbono, hidrógeno y metano.
Estudiosos del tema calculan que el promedio por persona es de 14 pedos/día.; por ello nadie esta libre de “pedorrear” en mayor o menor medida. Un pedo reprimido, simplemente retarda su salida a otro momento “socialmente” mas adecuado.
Evidentemente los pedos están compuestos por gases incoloros, lo cual favorece el anonimato del elemento gasista; de lo contrario, por el color del pedo se podría identificar inequívocamente a la persona que lo genera.
Está demostrado que la combinación aleatoria de los gases que componen un pedo, son claramente perjudiciales para una adecuada vida afectiva y sexual.
Compañeros/as, llegado el final del día con mas pena que gloria, me despido hasta una nueva reflexión, no sin antes desearos que disfrutéis ampliamente de los momentos procesionales de recogimiento y oración propios de estas fechas.
miércoles, 8 de abril de 2009
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